lunes, 29 de abril de 2013

ANIVERSARIO DEL 15 M







Ayer hablando con mi amiga Marisa, recordábamos la experiencia vivida en Madrid en el encuentro que tuvimos con el 15M fuimos de muchos puntos de España.
Y se me ocurre hacer un pequeño recorrido con fotos y comentarios de nuestra aventura por Madrid.
Recuerdo una de las consignas que cantábamos mucho y que a mi mas me gustaba y decía así.

< De norte a sur, de este a oeste, la 
  lucha sigue cueste lo que cueste >


Aquí estamos Marisa  su hija y yo, la hija vino de Barcelona al encuentro y nosotros de Sevilla fue brutal la experiencia, conocimos y tratamos con personas que pensaban como nosotros y de muy diversos lugares.

Por la noche invadimos los
Jardines del Prado de Madrid 
con tiendas de campaña y sacos de dormir.
                                          
Fue increíble la experiencia nosotras con gente tan joven.

Y nos fuimos al Retiro 
Algo que  a mi me parece importante destacar la organización que hizo  el 15M de Madrid, para acoger a tantas personas, fue algo sin precedente y todo estaba muy bien organizado.  

En el Retiro vivimos la experiencia de las asambleas donde todos podían expresar sus ideas fue una buena experiencia, yo destacaría la educación y preparación de nuestros jóvenes  que allí vi.

La pena que yo siento ahora es que muchos de ellos se han tenido que marchar a otros países donde les dan 
los peores trabajos y a penas les sirve el esfuerzo realizado con sus estudios.
  
     Amiga que pesaban las mochilas, pero fue increíble y estupenda la experiencia volvería a repetirla, quien nos puede quitar lo vivido allí, nos pueden quitar muchas cosas pero nunca los  recuerdos.              

jueves, 18 de abril de 2013

AMOR PERDIDO





Rompimos con dolor y con lamento.
¿Porque amor, ser feliz no es cosa  nuestra?
Si antes el amor ha florecido,
¿Porque dejas que todo ya se muera?

Rencores y disputas mal queridas,
Tuvimos con sollozos aquel día
¿Por qué amor? ¿Porque? 
Ya no hay consuelo.
Perdido se quedó ya en esta vida.

Quisiera encontrarme ya contigo.
Y que nada nuestro amor lo detuviera.
¿Porque? mi amor, ser feliz  no va conmigo
¿Porque ya no puedo quererte, y que me quieras?

sábado, 13 de abril de 2013

PAPA FRANCISCO


El nuevo Papa, nuevo modelo de sacerdote

12.04.13 | 11:11. Archivado en Vaticano
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El nuevo estilo de presentarse en público, que el papa Francisco está poniendo de manifiesto y que tanto llama la atención de la gente, entraña más hondura de lo que seguramente imaginamos. Si, hace unos días, yo decía que no basta con cambiar de zapatos (y vestimenta) para renovar la Iglesia, hoy debo insistir en otro aspecto del problema que me parece enteramente necesario. Más aún, fundamental.
Me refiero a algo que es mucho más importante que la ropa que uno se pone. Hablo del estilo y de la forma de relacionarse con los demás, con la gente en general. No cabe duda que este papa es distinto. En muchas cosas, es como un hombre de tantos, como uno
más. Al menos, ésa es la impresión que produce en quienes le ven, le oyen o se dirigen a él. Se ha despojado de todos los oropeles que ha podido. Y se esfuerza por comportarse como un hombre normal. Ni más ni menos que eso.
Bueno, pues esto es lo que a mí me parece que representa un“nuevo modelo de sacerdote”. ¿Por qué? Al hacer esta pregunta, afrontamos una cuestión que, en el cristianismo, tiene una importancia que quizá no sospechamos. En la carta a los hebreos, al presentar a Jesús (Heb 3, 1) como “sacerdote” (Heb 2, 17-18), el autor de la carta afirma que Cristo, “para poder ser un sacerdote misericordioso y fiel”, tuvo que hacerse en todo semejante a sus hermanos” (Heb 2, 17 a). Y así, cumpliendo esa condición, es como se capacitó “para expiar los pecados del pueblo” (Heb 2, 17 b). El verbo, que utiliza el texto original, es el verbo “ homónimo”, que expresa conformidad, parecido total (G. Haufe).
Lo que nos remite nada menos que a la “kenosis” de Dios en Jesús (Fil 2, 6-7). Dios se despojó de todas sus dignidades y diferencias. Y así, hecho “como uno de tantos”, es como aportó salvación y esperanza a este mundo tan desesperanzado.

El criterio es claro y tremendo al mismo tiempo
. Para darle a la gente esperanza, fe y acercamiento a Dios, lo primero que tenemos que hacer, quienes pretendemos colaborar en esa tarea, es suprimir diferencias, distancias, dignidades, conductas de superioridad. Quien no haga eso, irá de payaso por la vida. De sacerdote, no. Y esto es lo
que da pena. Y da mucho que pensar. Cuando uno ve los curas jóvenes, que lo primero que hacen, en cuanto los ordenan de lo que sea, es ponerse la vestimenta que los distingue y que va diciendo a voces: “¡yo soy distinto, soy superior, soy sagrado y consagrado, y 
tengo unos poderes que Vds no tienen, ni van a tener como no sea que algún día se parezcan a mí!”. Ya sé que nadie es tan estúpido como para pensar y sentir todo eso.Los curas que se visten de curas, hacen eso porque “así está mandado”. Y son hombres obedientes a las normas que vienen de Roma, de la Curia o de la Vicaría. En esa actitud de obediencia, merecen todo respeto. Y, por lo que a mí respecta, incluso verdadera admiración. Porque yo no me pondría esa ropa, ni aunque viniera la guardia civil a ponérmela. Pero es que - no sé si estoy en lo cierto - yo creo firmemente que la teología del N. T. tiene más autoridad, en este asunto, que la autoridad que puedan tener las normas y costumbres que vienen de Roma. Es más, yo me pregunto si Jesús le dio poder a la autoridad eclesiástica para decidir cómo se tiene que vestir la gente. Sobre todo, si tenemos en cuenta que la vestimenta es sólo un indicador de todo un “modelo de persona”. Y aquí es donde yo quería venir.
El papa Francisco, con su sencillez y modestia, le está diciendo a la Iglesia lo que ya ha dicho en una de sus más recientes intervenciones: la responsabilidad de la descomposición, que vive la Iglesia, la tiene ella misma. Se nos han subido los humos a la cabeza,
ha entrado en el clero gente vulgar y trepadora, se han ocultado cosas que nunca debieron de quedar tapadas, se quieren mantener privilegios, distancias y dignidades que nada tienen que ver con lo de Jesús y el Evangelio. Y está claro que por esos caminos no vamos sino a aumentar las distancias, quedándonos cada día más rezagados. Y reducidos a cultivar a los limitados grupos conservadores que nos quedan. Ya el cardenal Albert Vanhoye, el mejor conocedor (católico) de la carta a los hebreos, nos hizo caer en la cuenta de que precisamente la originalidad de esta carta está en que ve el sacerdocio de Cristo, en el asunto que estamos tratando exactamente al contaría de como lo presenta el A.T.. La condición, para acceder al sumo sacerdocio del antiguo Israel, era la separación: a esa dignidad, sólo podían llegar los levitas. Y, dentro de los levitas, para el sumo
sacerdocio, era necesario pertenecer a la familia de Aarón, es más, a la estirpe de Sadoq (Ex 29, 29-30; 40, 15; Sir 45, 13/16. 15/19. 24/ 30). A lo que había que añadir los solemnes ritos, sacrificios, unciones, vestimentas especiales que aquel sacerdocio llevaba consigo (Ex 29; Lev 8-9). Sin embargo, en el caso de Jesús, nada de esto se menciona. El sacerdocio de Cristo no es “ritual”, sino “real” (cf. Heb 5, 7-10; 9, 11-28). Por eso, a Jesús no se le exigió separación o dignidad alguna, sino todo lo contrario: su vida fue un descenso inparable, hasta terminar sus días como terminaban los últimos en aquella sociedad cruel: despreciado, escupido, torturado y colgado entre malhechores. Y así consumó su sacerdocio.
El papa Francisco ha iniciado un nuevo camino para los sacerdotes en la Iglesia. Que todo el que busque dignidades, privilegios, categorías propias de selectos y cosas de ésas, que se las busque en otro sitio. Porque, en realidad, no ha sido el papa Francisco, ni siquiera San Francisco de Asís en quien se inspira, sino que fue Dios mismo, en Jesús, quien abrió el camino que a todos nos desconcierta. El único camino que lleva a la verdadera humanización que dignifica este mundo: el camino que nos señalan “los últimos”, ésos a los que Jesús señaló como “los primeros”        José María del Castillo


Me gusto mucho lo que  Jose María había publicado, y decidí ponerlo aquí espero que no le importe demasiado ya que puse su nombre.

Me gustaría  decir  algo sobre el tema
del sacerdocio, es una idea que tenga ya hace mucho tiempo sobre los curas.
En mi niñez los curas vestían con sotanas después vino el Vaticano II, y amplio una idea que para mi es muy importante a los curas no se les tenia que conocer solo  por sus ropas sino por sus acciones. !Que queda de esto! Cuando ahora ve a los curitas jóvenes que les encanta ir con el cleriman, por que es la manera que tienen que se les distingan en el trato.

¿Que nos esta pasando?. No hace mucho leí un articulo que criticaba la actitud de nuestro nuevo Papa, por que le había lavado los pies a dos mujeres el jueves Santo,
según decía que en las normas eclesiásticas solo se le pueden lavar los pies a los hombres: cual es mi sorpresa al leer esto,- porque en mi parroquia hace ya muchos años se lavan los pies tanto a mujeres como a hombres.
50 años esperando este momento. El Papa Juan XXIII
abrió las ventanas del Vaticano  para que entrara aire fresco, pero no permanecieron abiertas mucho tiempo, dejemos hacer al espíritu por que esto solo puede ser obra del espíritu, nadie podría imaginar que saliera este nuevo Papa, por lo tanto si es obra del espíritu dejemos lo trabajar que sera para bien de todos.