viernes, 27 de abril de 2012

EL BAUTISMO DE JESUS ( Catequesis )


             
 El Bautismo de Jesús

En primer lugar leeremos en el evangelio de (Mt. 3, 13-17) lo que nos dice sobre el Bautismo de Jesus.

El encuentro con Juan Bautista fue para Jesús una experiencia que dio un giro a su vida. Después del bautismo del Jordán, Jesús no vuelve ya a su trabajo de Nazaret; tampoco se adhiere al movimiento del Bautista. Su vida se centra ahora en un único objetivo: gritar a todos la Buena Noticia  de un Dios que quiere salvar al ser humano.

Pero lo que transforma la trayectoria de Jesús no son las palabras que escucha de labios del Bautista ni el rito purificador del bautismo. Jesús vive algo mas profundo. Se siente inundado por el Espíritu del Padre. Se reconoce a si mismo como Hijo de Dios. Su vida consistirá en adelante en irradiar y contagiar ese amor insondable de un Dios Padre.

Jesús se siente enviado no a condenar, destruir  o maldecir, sino a curar, construir y bendecir. El Espíritu de Dios lo conduce a potenciar y mejorar la vida. Lleno de ese < Espíritu > bueno de Dios, Se dedica a liberar a la gente de < espíritus malignos >, que no hacen sino dañar, esclavizar y deshumanizar.

Podemos decir que la hora del bautismo ha sido para Jesús el momento privilegiado en el que ha experimentado su vocación profética: ha sido consciente de vivir poseído por el Espíritu del Padre, y ha escuchado la llamada a anunciar a sus hijos e hijas un mensaje de salvación.

En las primeras comunidades cristianas  se habla del Bautismo del Espíritu introducido por Jesús. Por eso al bautizarse, lo hacían
Para significar su adhesión al evangelio, su apertura al Espíritu de Jesús y su entrada en la comunidad  de creyente.

El bautismo era normalmente la culminación de todo  un proceso de conversión, y venia a expresar, de manera viva la aceptación consciente y responsable de la fe cristiana.

La fe no es un capital que recibimos en el bautismo del que podemos disponer luego tranquilamente. No es algo adquirido en propiedad para siempre.
La fe es un itinerario personal que cada uno hemos de recorrer. No hemos de olvidar que la fe es siempre una experiencia personal que no puede ser remplazado por la obediencia ciega a lo que nos dicen otros. Desde fuera nos pueden orientar hacia la fe, pero soy yo mismo quien he de abrirme  a Dios de manera confiada.

 ¿Creo en Dios o creo en aquellos que me hablan acerca de el?
¿ En quien creo yo?. ¿ Y tu de quien eres?.



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